A raíz de la nueva canción de Shakira, surge el debate sobre la responsabilidad de los padres y madres de proteger los derechos de sus hijos y velar por su estabilidad emocional.
Hablar mal del otro progenitor a los hijos es una actuación equivocada desde cualquier perspectiva.
Los progenitores deberían mantener a los hijos menores de edad al margen de los conflictos matrimoniales, pues ni son responsables de ellos, ni les interesan, ni les incumben. No son parte del problema.
El padre/la madre ostentan la responsabilidad más importante que existe frente a los hijos, de la que a menudo no son conscientes. Se trata de la función parental que implica velar por los hijos y actuar siempre en su beneficio, de acuerdo con su personalidad, y con respeto a su integridad física y psicológica (art. 154 Código Civil).
En el caso Shakira-Pique no es que se esté hablando mal del padre a los hijos, sino que se está hablando mal del padre a todo el mundo. La gestión emocional de esta situación por los menores podría ser complicada.
La protección de los menores debería presidir y prevalecer ante cualquier decisión de los progenitores, evitando causar daños o desajustes emocionales que tengan efectos negativos en su bienestar.
Si uno de los progenitores actúa de forma contraria al principio del interés superior del menor, y no es posible llegar a un entendimiento entre ellos, se podrá acudir al Juez para que adopte las medidas oportunas, a fin de apartar al menor de ese peligro o de evitarle perjuicios.
En fin, cada uno podrá opinar, pues existe libertad para ello, pero a veces los hechos dejan poco margen de interpretación.
Laia Ardiaca Graells